El Descanso y la Actividad Física
Nos encontramos familiarizados con la necesidad de ejercitarnos para que nuestro cuerpo responda adecuadamente a los requerimientos de nuestra vida diaria y para mantener una vida saludable. Sin embargo, muchos de nosotros vivimos en una constante activación no solamente física, sino también cognitiva y emocional, derivada de la superposición de actividades como el cuidado del hogar, el estudio, el trabajo o la crianza, lo que lleva a que vivamos bajo una alta presión y posible ansiedad o estrés.
Sentirse agotado e irritable en el desarrollo de las tareas derivadas de las obligaciones diarias, hace que al final del día sólo pensemos en ir a la cama, desestimando la posibilidad de desarrollar cualquier tipo de actividad física. Nos acostamos cansados, incapaces conciliar el sueño por pensamientos y emociones que van creciendo y que, en vez de ayudarnos a dormir, nos generan insomnio (sin mencionar los malos hábitos que afectan nuestra capacidad de conciliar el sueño, como revisar el teléfono móvil antes de dormir). Al siguiente día nos levantamos fatigados, a tratar de mantener la misma rutina mediante activadores como el café o el té, para poder sentir nuevamente energía y enfrentar el peso de lo cotidiano.
La importancia del descanso
Con el fin de encontrarnos en el estado físico y psicológico adecuado para realizar cualquier actividad física, ésta se debe acompañar de la relajación y el descanso. Según lo describe el artículo What happens when you sleep? (¿Qué pasa cuando duermes?), entre los beneficios de un buen descanso podemos encontrar:
- Relajación gradual de los músculos.
- Consolidación de la memoria y correcto funcionamiento del cerebro mientras se está despierto.
- Regulación de la producción de hormonas como: Melatonina, que ayuda a dormir; hormona del crecimiento, que soporta el desarrollo de los huesos y los músculos, así como del metabolismo; cortisol, parte de la respuesta al estrés del cuerpo; leptina y grelina, las cuales controlan el apetito. El sueño de calidad hace que se realice una producción adecuada de hormonas durante el día.
Balanceando las actividades cotidianas con el descanso
- Organiza con antelación las actividades del día siguiente; con este hábito puedes abrir un espacio en tu agenda para la actividad física y para el descanso.
- Si te sientes agotado, cambia el tipo de actividad que tenías programada: En vez de hacer una rutina de cardio y fuerza, haz estiramientos, medita o haz yoga, pero no reemplaces este espacio con otras tareas.
- Entrena en casa: Dótala de tus equipos de gimnasia preferidos, esto te permitirá usarlos en el momento que tienes programado para ejercitarte sin depender del horario del gimnasio.
- Aliméntate bien: Regula la ingesta de azucares y carbohidratos, los cuales te hacen sentir más cansado. Detecta qué alimentos te hacen sentir agotado o inflamado y trata de sustituirlos por otros en tu dieta.
- Adquiere una adecuada higiene del sueño: Duerme entre 6 a 8 horas diarias y evita el uso de dispositivos móviles antes de ir a dormir; reduce progresivamente la cantidad de actividades que desarrollas antes de la hora de dormir y cena al menos dos horas antes de dormir, así descansarás mejor.
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Referencia:
SUNI, Eric. What Happens When You Sleep?. En: Sitio Web de Sleep Foundation, A OneCare Media Company, actualizado el 30 de octubre de 2020. URL: https://www.sleepfoundation.org/how-sleep-works/what-happens-when-you-sleep. Última visita: 15 de julio de 2021.